Se trata de un símbolo muy utilizado en la cultura egipcia, aparece representado numerosas veces a lo largo de la iconografía. Significa "VIDA". Suele atribuirse a los dioses inmortales.
Según las creencias y simbolismo del antiguo Egipto, se confiaba en el Ankh o Anj para traer longevidad y salud eterna.
Con respecto al mundo de los muertos, era la llave para abrir las puertas del paraíso, así como los dioses amigables que traían una vida eterna y feliz.
El Ankh o Anj aparece representado en las manos de los dioses como un símbolo de vida eterna. Pero además también sería la llave de los misterios de la naturaleza (la humanidad, el microcosmos, etc).
Como amuleto, al Ankh, se le atribuiría la capacidad de atraer y conservar el aliento de la vida y las fuerzas vitales. Son muy numerosos los grabados y las esculturas en los que aparece un dios o diosa con la cruz en la mano, acercándosela a la nariz de algún otro dios o protegido. Con este gesto, el portador de la llave en forma de cruz, insuflaba aliento de vida al otro, quien a su vez, lo recibía a través de su nariz.
Los egiptólogos nos dicen que el ankh simbolizaba para los egipcios la vida, el aire y por extensión el agua (la fuente de vida). Explican también que el Ankh debe interpretarse como el aliento vital que facilitaba la respiración a los difuntos en el Más Allá. De esto se deduce que el Ankh es vida para los residentes de ambos mundos. El Ankh beneficia tanto a los vivos como a los muertos, porque para los egipcios, la muerte no era el fin, sino una transición hacia la vida eterna y por ello, cuando una persona moría se realizaban una serie de complejos rituales funerarios y se colocaban también amuletos que ayudaban al difunto a tener un buen camino hacia la vida eterna.
P.D: A partir de la llegada del cristianismo, alrededor del siglo II d.C., los primeros cristianos egipcios (conocidos como coptos) adoptaron el Anj como una variante de la cruz que todos conocemos hoy en día.